
Un clásico de la pastelería que se adapta tanto para protagonizar el final de una comida ó como para deleitarse a la hora del té. El crumble, es una preparación de origen inglés que lleva una cubierta crocante de harina, manteca y azúcar. En este caso relleno con manzanas, pero pueden adoptarse las peras e incluso los frutos rojos. Se sirve tibio, con crema batida o bocha de helado.